Por todos lados escuchamos que lo mejor para nuestros hijos es la lactancia materna, pero ¿sabes por qué es realmente importante?
Beneficios de lactancia materna
La leche materna contiene anticuerpos que protegen a los niños contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades. Amamantar inmediatamente después del nacimiento es importante porque el sistema inmunológico de los recién nacidos aún no está del todo maduro. Es por ello que muchas veces se denomina a la lactancia materna como "la primera vacuna".
Amamantar puede ser una tarea nueva, tanto para ti como para tu hijo, sobre todo si eres una madre primeriza. Sigue estos consejos para hacer que este proceso sea más fácil y puedas disfrutar de los beneficios de la lactancia.
Es importante informarte sobre cómo amamantar. La primera vez que amamantes a tu hijo, preferiblemente dentro de la primera hora después del parto, pide ayuda. Un profesional de la salud te puede aconsejar sobre la lactancia, desde cómo colocar al bebé hasta cómo asegurarte de que esté succionando correctamente.
Las primeras semanas, muchos de los bebés recién nacidos toman el pecho cada dos o tres horas durante todo el día. Presta atención a los signos que indican que el bebé tiene hambre, como agitación, intranquilidad, movimientos de succión y de labios.
Apóyate en algunas almohadas, luego sostén al bebé cerca de tu pecho, en lugar de inclinarte hacia adelante para llevar el pecho hacia el bebé. Mantén al bebé piel contra piel siempre que sea posible.
Cuando el bebé se esté alimentando correctamente, sentirás una suave sensación de tirantez en tu pecho, más que una sensación de presión o mordida en el pezón. Es posible que sientas los senos firmes o llenos antes de amamantar y después, más suaves o vacíos.
Sostén la cabeza del bebé con una mano y tu pecho con la otra. Con el pezón, estimula el labio inferior del bebé para motivar que abra bien la boca. La boca del bebé cubrirá parte de la zona más oscura alrededor del pezón. Así, el bebé introducirá el pezón correctamente y la lengua se acomodará curvada debajo de tu pecho. Debes mirar y escuchar un patrón rítmico de succión y deglución. Si necesitas separar al bebé del pecho, primero interrumpe la succión colocando un dedo en la comisura de los labios del bebe.
Luego de amamantar, es bueno dejar que la leche se seque sola en tu pezón. La leche puede aliviar tus pezones. Si estás apurada, seca el pezón con palmaditas suaves. Si entre cada alimentación, tus pechos despiden leche, utiliza discos absorbentes, y cámbialos regularmente.
A la hora de bañarte, utiliza jabones neutros. Si tienes los pezones secos o partidos, consulta con tu pediatra si puedes utilizar pañitos mojados con té de manzanilla. Esto ayudará a aliviar los pezones agrietados y a que mantengan la humedad natural.
El estilo de vida que llevas mientras estás amamantando es tan importante como el estilo de vida que llevabas mientras estabas embarazada. Por ejemplo:
- Seguir una dieta saludable.
- Beber mucho líquido.
- Descansar el mayor tiempo posible.
- Evitar bebidas alcohólicas.
- No fumar.
No te desanimes si la lactancia se hace más compli- cada de lo que pensabas. Alimentar a un recién nacido puede ser agotador. Solo recuerda que cuanto más seguido amamantes a tu hijo, más leche producirán tus mamas, y más natural se hará el proceso de la lactancia.
1 - Acerca a tu bebé, si es posible que sea piel con piel.
2 - Toca su labio superior o su mejilla con el pezón, estimula el reflejo que lo hace buscarlo.
3 - Cuando abra bien la boca, aprovecha para acercarlo a tu pecho.
4 - Su boca debe cubrir toa la areola.
Mamá, sabemos que esta es una etapa de cambios y adaptación, pero todo valdrá la pena. Recuerda que la leche materna es el mejor alimento que puedes darle a tu bebé y que con ella, crearás un vínculo único con tu pequeño. ¡Disfruta de esta maravillosa etapa!
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